Ese olor dulce que marcó un antes y un después

Fue una tarde de verano, recuerdo que pasaba sobre nosotros los vientos fuertes del huracán Laura.

Estaba asustada y transpiraba el olor a miedo, pero más fuerte que el miedo era la felicidad, la dicha y el orgullo que inundaban mi pecho y aceleraban mi pulso.

Pasaron 3 horas, que se me hicieron eternas entre dolores y preocupación.

"Después de la tormenta viene la calma"... Y así fue, después de este torbellino de emociones y sentimientos encontrados llegó a mí ese dulce y delicado olor que marcó mi vida para siempre.

El olor de esa personita que creció dentro de mí. Su olor único quedó impregnado en mi nariz justo en ese instante en que la pusieron sobre mi pecho para recibir mi calor y ahora estará conmigo para siempre.

Con toda seguridad y sin dudarlo un segundo, mi olor favorito en todo el mundo, es el de esa personita que me convirtió en alguien muy especial, su madre. Mi olor favorito es el olor suave
a María Teresa.