Coloreando con amor - Reflexión

Ayer alguien me preguntó desde cuando me gusta colorear y por qué lo hago. Le respondi que me gusta hacerlo desde siempre, solo que no lo había compartido con nadie hasta hace unos meses. Casi nadie entiende por qué lo hago, pero para mi, cuando estoy coloreando es un momento para estar en paz conmigo misma.

Es imposible ponerme a colorear si no me siento bien emocionalmente, no es un trabajo, es una actividad de placer. Así como otras personas hacen o dejan de hacer alguna actividad cuando no están a gusto o conectados emocionalmente, así me sucede a mi. Y pueden pasar días sin que abra uno de mis libros, pero cuando me siento conectada, con muchas ganas de colorear, no hay quien me despegue de mi mesa. Supongo que eso se aplica para muchos aspectos íntimos de mi vida.

Soy una persona emocional, sentimental y apegada, pero también me gusta apartarme a veces, sobre todo para resguardar mis emociones, pensar con calma, poner en orden mis ideas y tomar decisiones.

Una vez dije que colorear era un escape de la realidad y me equivoque, pues no necesito escapar de nada, más bien necesitaba aprender a estar a gusto conmigo misma, quererme, cultivar mi yo interior y estos momentos de Arteterapia me han ayudado mucho.

Cuando intente responder la pregunta que me hicieron, me costó un poco determinar en qué momento "comence" a colorear, en realidad comencé formalmente a hacerlo hace casi un año, cuando encontré mi primer libro de Arteterapia, dibujos para colorear para adultos, recuerdo que compartí aquí en Hive mi primer unboxing de un libro y una caja de colores, para ese entonces ni imagine que aquella idea se convertiría en algo que de verdad amo hacer.

Tengo muchos libros, tantos que hay algunos que nunca el tocado, los guardo allí para comenzarlos cuando me haya agotado los otros, y a veces me cuesta escoger que colorear, por que hay mucho para ver y todo me gusta, no todo lo grabó, ni lo comparto, me gusta poner música, audífonos y colorear hasta muy de madrugada.

Al día siguiente cuando pasó cerca de mi mesa, veo mi libro abierto en la página que estoy coloreando, iluminada con la luz del día y pienso, esa fui yo? En verdad yo coloree eso? Ni yo misma me lo creo pero si, soy yo, mari, mariale, mamá, marialejandra. Una mujer llena de amor, apasionada por todo lo que vivo y me rodea.

Recuerdo que hace tiempo alguien me preguntó si yo hacía esos dibujos para venderlos, si la gente me los compraba. Yo respondi que no, que lo hago por que me gusta, pero la persona en cuestión no me entendió, y pensando en el trasfondo de su pregunta, me doy cuenta que la gran mayoría de las personas hacen cosas no por gusto sino por lo que obtendrán a cambio, el objetivo económico de hacer una actividad es la motivación principal de las personas que viven para trabajar en actividades que no les gustan o que en verdad odian.

Colorear me ha enseñado que soy una persona real y honesta, no consigo fingir mis sentimientos ni emociones, nada que intente hacer a la fuerza o por obligación me sale bien, debo querer en verdad hacerlo para que lo haga y me quede bien e inclusive yo me sienta bien. Y eso no es ser egoísta, se entiende que hay cosas que uno Debe hacer por ser responsable. Pero más allá de eso, tener una verdadera conexión con lo que uno sabe que le gusta es el secrero para encontrar ESO, esa pasión por algo que se convertiría en tu proyecto de vida, que cuando lo hagas no lo veas como una trabajo para ganar algo a cambio, sobre todo en sentido económico, sino que Eso que lograste construir sea tu definición de éxito en la vida.

Por eso digo que muchas personas no entienden lo que hago o por qué me gusta hacerlo, y tampoco quiero hacerles entender, por que mi objetivo no es agradar a otros sino a mi misma, y mi círculo de seres queridos más cercanos saben y se alegran de verme hacer lo que amo, eso ya basta para que colorear sea una actividad que me hace bien a mi yo interna y a mi entorno.

Por eso coloreo con amor, y mis dibujos lo reflejan…