Hola, ¿cómo estás?

Espero que esta estés bien, disculpa mi atrevimiento, pero si te hablo a ti, sé que estás ahí, sentada con tus piernas cruzadas, sonriendo como siempre, con tus sueños locos y mirando a través de tu ventana.

Quizás al empezar a leer esto, vas hacia la hamaca, te recuestas un rato y esperas leer más allá de mis palabras, ver entre líneas lo inexplicable de mi razón, lo que esperas leer y que mi cobardía no dice.

Pero hoy escribo para ti, para tus manos cálidas que fueron amor y tortura, para tu mirada que me enseñó la vida, para tu regazo que me dio paz.

Hoy quiero ir más allá de mi razón, decir más de lo que debo, responder la incógnita palabra que no dije, por mi temor a ceder, ese miedo paralizante de mostrar mi debilidad.

Si, aquí dices, eres un estúpido, amar no es ser débil, pero no aprendí hacerlo, cada vez que amé, fue contrario a ser feliz y hoy ignorante de lo que quieres, hago alarde de esta debilidad.

Señora mía, hoy te pienso más, pienso tocar tu alma con estas líneas curvas de hombre confundido, un hombre que muestra ser lo que hoy tú no esperas.

Aun recuerdo, tu rostro sonriente, tus palabras alegres, esa mirada tierna que decía más que tu verbo, recuerdo tanto, que te recuerdo a ti.

Es tan difícil decir lo que quiero, pero sé que descubres lo que digo, las heridas hicieron esto y la costumbre me hizo solo, no quiero llevar tus ganas cansadas de amar, a mi resignación.

Lee por favor entre líneas esta disculpa, entiende que cada palabra que digo esconde un te amo, y que corro por miedo a amarte.

Entre el Improperio ilógico de no saber decir lo que siento, demuestro menos de lo que amo, no te levantes, no digas que es más de lo mismo, sigue Lee más de lo que escribo.

Desnuda esta carta, siente mis manos cansadas de amarte desde mi distancia, recuerda cuando decía mi nombre con orgullo y repetías con sonrisas como lo expresaba.

Recuerda como tocaba tu rostro, como miraba tu andar, como bailaba tu día, no pidas más que te lo diga, porque te demostré que vale más amar demostrando, que gritarlo.

Espero que hallas leído entre líneas, que te extraño, que te amo más de lo debido y que sigues intacta dentro de mí.

La cobardía me estremece, si lo sé, los amores cobardes no llegan a historias, pero tú y yo somos presente, y nuestra historia será leyenda.

Se despide de usted,

Lee entre líneas.