Es un placer participar en el concurso que a través de una fotografía cortesía @lanzjoseg se generan diferentes opiniones, anécdotas e historias. Observa Piensa Escribe.

Al observar la imagen me trajo muchos recuerdos de esta tradición en nuestro país. En mi casa desde mi niñez siempre el árbol de navidad ha tenido su lugar en la sala, adornado por mi madre y buscado por mi padre, una rama con cierta forma de pino, cada año se cambiaba el diseño, unas veces eran unas ramas que se rociaba con un spray de nieve, otras con una preparación de jabón. Las bambalinas e instalación eran de vidrios y una vez estábamos en la sala jugando con la pelota y cayó en el árbol y se quebraron varias bambalinas y bombillas, imagínense lo que pasó después. También recuerdo un árbol que mi padre mandó hacer con un soldador utilizando cabillas 3/16" y resortes de un mueble de carro, quedó muy lindo con su forma piramidal, además compró las bambalinas ideales, amarillas, verde, rojas y con su estrella. Era plateado. Ese duró hasta que en el mercado de mi ciudad llegó el pino plástico, este después fue regalado a mi hermana mayor. El árbol actual, mi hermana menor se lo compró a mamá, es más grande y con nuevos adornos y luces.

Mientras en mi hogar siempre cada año lo he colocado, cada año lo iba diseñando hasta que compré uno del tamaño ideal y adornado con mis artesanías, y luces compradas en el mercado. Cada año ha tenido una forma de decorarlo, me fascina esos momentos y más cuando mis hijos han participado en la instalación y decoración. La navidad es la temporada más emocionante del año en cuanto a la decoración, el nacimiento y el disfrute de la comida tradicional. Otra cosa como soy electricista me ahorraba en comprar las instalaciones porque aprendí a hacerle una adaptación y logré que no se quemaran. Aún utilizo esas luces en marcos de puertas y ventanas, además reciclaba las de mis familiares y amigos que las desechaban porque ellos preferían comprar, ya que eran baratas y para mí era mejor porque yo no las compraba sino que reciclaba. Actualmente, me equipé con luces led para ahorrar energía y porque son más brillantes.

Otra anécdota que les cuento, una vez mi padre no estaba para buscar la rama. Fuimos todos para un campo a buscar la rama adecuada y pasé mi mano cerca de una tuna de cabra y se me adhiere a mi piel, yo tenía como 8 años, ese fue un dolor terrible cuando me la quitaron, me dejó muchos pelitos, esa sensación jamás se me olvidará.

También les comento que cuando el país vivió unos años oscuros, no me animé a decorar, esos años no tuve motivos para vivir la alegría que inspira los días decembrinos, fue como un duelo que no me permitió gozar esa dicha. Hoy ya superé ese dolor y con gusto comencé a experimentar felicidad haciendo mis adornos y artesanías alegóricas a estas fiestas de pascuas, que serán lucidas en varias áreas de mi hogar y especialmente en mi árbol🎄 de Navidad.