Así como tengo muchos recuerdos por los cuales estar muy agradecida, también tengo logros pero este fue uno muy grande, al menos para mí, porque soy de las del team que no bebe sino que come y juega videojuegos, entonces hacer algo de este tipo, fue algo muy fuera de lo común y muy fuera de mi zona de confort pero valió la pena cada centavo, cada segundo invertido.

Fue un fin de semana bastante diferente en el cual tuve que levantarme temprano, prácticamente, para ir a beber cerveza porque aprendería a hacerla y, en el proceso, me emborracharía un poco.

En ese taller o curso de dos días aprendí muchísimas cosas interesantes sobre los tipos de cervezas, de la cebada, de los granos necesarios para una cerveza, el tipo de tostado que necesita para lograr un sabor determinado y según ese tostado es el tipo de cerveza. Ambos días tomamos cerveza y como las cervezas eran artesanales, tienen mayor concentración de grados de alcohol, eso quiere decir que pasamos todo el curso felices. También aprendimos a embotellas el liquido, a tapar las botellas, a empacarlas como tal y fue asombroso. Gracias a este curso aprendí a apreciar la cerveza, así como aprendí en su momento a apreciar el café, y también aprendí a apreciar cosas como los pequeños emprendimientos de mi ciudad, la cerveza artesanal, la comida hecha en casa, muchas cosas. Por esto y por más, estoy agradecida por este logro porque para mí fue más allá de aprender a hacer cerveza, aprendí a querer, apreciarla, respetarla.