El Juego de Rol Definitivo

La vida es un juego de rol: elige tu clase (trabajo), tu grupo (familia), unete a alguna facción (religión, equipo deportivo, etc.) y comienza a subir niveles. Entrena, persevera, derrota a los demonios que te asechan. Mientras más fuerte te vuelvas, más duros los desafíos. A veces tienes que volver a cargar la partida numerosas veces hasta que encuentras la estrategia adecuada.

Pero hay algo diferente. Por alguna razón es muy fácil ser un heroe en un juego de rol y bastante dificil serlo en la carne. Es muy fácil donar una gran cantidad de los abundantes tesoros que encuentras en una prisión a un méndigo de la calle mientras transitas por tus mundos imaginarios, mientras que en el plano material se te aprieta el pecho por soltar un par de monedas.

En los juegos es la opción lógica arriesgarlo todo por salvar a un miembro de tu equipo. En la vida tienes una biblia entera de excusas para no mover un dedo por quienes sufren. Esta contradicción te debe decir algo, debe torcer alguna hebra en tu consciencia.

Tal vez las cosas son así porque la vida no es como un juego de rol. Aquí el dolor se siente, se siente profundamente, incluso cuando haces lo que parece ser correcto. Los momentos suceden antes de que puedas reaccionar y las reacciones ocurren antes de que las puedas procesar. Aquí nunca sabes el resultado de la tirada de dados, ni la capacidad del enemigo para resistir tus ataques. Por eso es un gran desafío estar viv-s.

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